Marina Junqueira inició su camino en el arte visual en 2018, luego de haber dedicado más de 20 años a la industria cinematográfica. Hoy, su obra —que fusiona pintura, collage, dibujo y fotografía— se destaca por un estilo intuitivo, experimental y lleno de energía. En esta entrevista, Marina nos comparte las motivaciones detrás de su cambio de carrera, cómo sus vivencias en Inglaterra y Nueva York han influido en su estética, y los retos que enfrenta en la internacionalización de su propuesta artística, especialmente en su búsqueda de representar galerías en España y Portugal. Además, reflexiona sobre el valor de las mentorías y el apoyo de comunidades como Migrarte.
Tu camino en el arte visual comenzó en 2018 tras una etapa en la industria cinematográfica ¿Qué motivó ese cambio?
Después de trabajar en la industria cinematográfica en diferentes áreas durante más de 20 años, sentí que necesitaba tener el control absoluto sobre la creación de mis propias imágenes. Recuerdo sentirme a menudo frustrada durante los procesos, como si hubiera una limitación para mi creatividad.
Creo que había cultivado y acumulado tanto en esos años que necesitaba sacar mis propias ideas de mi mente. ¡De repente, descubrí un enorme placer en expandir mi mundo imaginario y hacerlo realidad con todas las posibilidades artísticas de expresión!
Además, mis 3 hijastros se estaban independizando y conseguí una habitación libre para mí, que rápidamente se convirtió en mi estudio.
Dibujar y pintar comenzaron de forma automática. Sentí que podía hacer lo que quisiera sin tener que luchar por ello. Fue como liberarme.
Viviste en Inglaterra en los años 90 y trabajaste en Nueva York. ¿Cómo influyeron esas experiencias en tu sentido estético y en los temas que abordas?
Vivir en Inglaterra durante gran parte de los años 90 fue una experiencia intensa y formativa que marcó profundamente mis sensibilidades estéticas. Creo que el estilo ecléctico de los ingleses, junto con los extensos viajes por Europa durante ese tiempo, alimentó mi necesidad de expresión visual. Me sentí considerablemente más a gusto en tierras extranjeras que en mi propio país.
Antes de regresar definitivamente a Brasil en 1999, pasé un año en Nueva York, aún trabajando en la industria cinematográfica. Pero la ciudad era tan cosmopolita, enérgica y llena de arte que necesitaba encontrar una forma de liberar tensiones, así que comencé a pintar como pasatiempo.
La vibra del pop art, los colores brillantes y el tipo de composiciones caóticas que uso definitivamente provienen de ese período de mi vida cuando vivía en el extranjero.
Los temas que abordo en mi obra son, sin duda, el resultado de las experiencias estéticas visuales vividas y absorbidas durante este período fuera de Brasil.
Un aspecto que me parece muy valioso de tu trabajo es que no busca justificarse ni transmitir un mensaje concreto, sino que surge desde la espontaneidad y la experiencia personal. ¿Cómo te posicionas en un mundo del arte donde muchas veces se espera que las obras tengan un discurso definido?
No creo necesariamente que el arte deba tener una postura militante. De hecho, creo que la expresión artística permite que las personas se conecten entre sí, incluso si tienen opiniones diferentes sobre diversos temas.
No creo arte con el objetivo explícito de influir en la opinión de alguien sobre un tema específico. En cambio, espero evocar sentimientos agradables en aquellos que estén dispuestos a dejarse llevar por la fantasía y el surrealismo.
Encuentro que la realidad es demasiado dura, especialmente en estos días.
También creo que mi obra habla por sí misma; no hay explicaciones concretas para mis imágenes. El arte es subjetivo; cada quien lo ve e interpreta a su manera.
Para mí, se trata de ofrecer un espacio para que las personas disfruten plenamente de los efectos de la libertad creativa.
“Creo que la expresión artística permite que las personas se conecten entre sí, incluso si tienen opiniones diferentes sobre diferentes temas”
Has realizado exposiciones individuales en Brasil y Reino Unido, y colectivas en Brasil y Portugal. Ahora tu mirada está puesta en poder encontrar galerías o espacios expositivos que dialoguen con tu obra para poder exponer en países como España o Portugal. ¿Cuáles son los principales desafíos de este proceso y qué estrategias estás implementando para lograrlo?
Uno de los mayores desafíos que enfrento hoy al intentar trabajar con galerías y seguir exponiendo fuera de Brasil es la necesidad de adaptarme a requisitos formales sin dejar de ser mi propia agente, curadora y productora. Se necesita discernimiento para buscar las oportunidades más adecuadas para mi obra. Tengo que entender la mejor forma de presentarme, sabiendo que esto solo puede suceder si dejo a un lado algunos aspectos de mi personalidad, como la timidez.
Requiere mucha investigación, conexiones con otros artistas y comunidades. Considero que mi interacción con Migrarte es una estrategia muy poderosa. Ha sido más fácil aceptar estos desafíos con el apoyo y el conocimiento que me brindan las experiencias y procesos de otros artistas.
Creo que es necesario estar presente en las exposiciones, para conocer a la gente. Además de interactuar intensamente en redes sociales (lo cual para mí requiere un esfuerzo tremendo), es preciso enfocarse y tener mucha organización. Es fundamental establecer metas y horarios para trabajar en ello.
Muchos artistas en Migrarte están en una situación similar a la tuya: han logrado avances en su carrera y buscan dar el siguiente paso en su internacionalización. ¿En base a tu experiencia en nuestra comunidad, cómo crees que la plataforma Migrarte puede contribuir al crecimiento de este tipo de artistas?¿Cómo han potenciado las mentorías tu crecimiento profesional?
Las mentorías me han ayudado a establecer procesos y objetivos. También han sido invaluables para desmitificar la imagen, a menudo idealizada, de curadores, galeristas e incluso de los propios artistas, quienes a veces pueden parecer inalcanzables. Lo que quiero decir es que, al escuchar y discutir mi trabajo y procesos creativos, construyo mucha más confianza en mi propia fuerza como creadora.
Las mentorías proporcionan una perspectiva externa y analítica sobre los procedimientos “tediosos” que todo artista necesita atravesar de manera natural.
Para mí, esto ha hecho que sea más fácil y menos incómodo presentarme tal como soy y enfrentar una etapa aún bastante desafiante en esta carrera.
“Considero mi interacción con Migrarte una estrategia muy poderosa. Se ha vuelto más fácil aceptar los desafíos conociendo las experiencias y procesos de otros artistas”
La entrevista con Marina revela el viaje de una artista que decidió tomar las riendas de su creatividad tras más de 20 años en el cine. Sus experiencias internacionales y su compromiso con la libertad expresiva han dado forma a una obra vibrante y auténtica. Con el apoyo de plataformas como Migrarte, Marina continúa superando desafíos y trabajando para internacionalizarse, buscando oportunidades en galerías de España y Portugal. Gracias Marina por compartir tu historia!
→ Puedes ponerte en contacto con Marina directamente dejándole un mensaje en su perfil o dejar un comentario aquí mismo 🙂